En un desarrollo sorpresivo en el caso «Golpe I», los exministros de la administración de Jeanine Áñez, Rodrigo Guzmán y Álvaro Coimbra, han admitido su culpabilidad por los hechos ocurridos en octubre y noviembre de 2019 en Bolivia. Los exfuncionarios han solicitado someterse a un juicio abreviado, reconociendo la comisión de delitos de encubrimiento y asociación delictuosa, según un documento presentado a la Fiscalía y difundido por Bolivia Tv.
Guzmán, exministro de Energía, y Coimbra, exministro de Justicia, también enfrentan acusaciones por presuntos delitos de terrorismo y conspiración. Ambos fueron aprehendidos en marzo de 2021, con Guzmán capturado en la ciudad de Trinidad.
En su declaración, los exministros han expresado arrepentimiento por sus acciones y han solicitado al Juez Primero de Instrucción Anticorrupción y Violencia Contra la Mujer que se les aplique la pena mínima. Esta petición de juicio abreviado implica la renuncia a un juicio oral público y contradictorio, en un intento por reducir sus posibles condenas.
Este giro en el caso «Golpe I» es significativo, ya que representa una admisión de responsabilidad en los eventos que siguieron a la renuncia de Evo Morales y la asunción de Jeanine Áñez como presidenta interina de Bolivia en 2019. La decisión de Guzmán y Coimbra de aceptar la culpabilidad podría tener importantes repercusiones en las investigaciones y procesos judiciales relacionados con este turbulento período de la historia política boliviana.